Después de varios años subidos a esta ola, llegó el momento de analizar si todavía tiene espuma.
Es evidente que el efecto WOW genera un mundo de expectativas, a veces desproporcionadas, con el único fin de maravillarnos, fascinarnos y sorprendernos.
Más de una década después, hoy ponemos al término WOW bajo la lupa de distintas perspectivas.
Actualmente, ¿sigue el fabricante bajo el efecto WOW?
Las marcas lo mantienen todavía como parte de la guía espiritual del marketing. Mejorar el Customer Experience (CX) del cliente, la capacidad de la marca por ofrecer emociones con impacto, que conecten, sigue siendo uno de sus objetivos.
Hace no mucho, parecía que la apuesta por “lo sostenible” podía llegar a ensombrecer a Mr. WOW e incluso fusionarse.
La sostenibilidad, la responsabilidad y el humanismo convirtiéndose en el efecto WOW Second Edition.
Pero justo lo que debería prolongarse más en el tiempo, parece que no ha tenido tracción suficiente en la mayoría de los fabricantes y pocos se lo han tomado en serio. Habrá que ver qué hacemos ahora con todos esos puestos que se abrieron de Directores de Sostenibilidad apuntados a los nuevos Másteres. Esperemos que sean ellos capaces de mantener la dirección y la bandera izada.
Desde luego, como reputación de marca, imprescindible. Como tractor de ventas, parece que todo apunta a que lo sostenible mueve conciencias, pero no tanto las compras. Al quedarse los fabricantes sin relevo de moda, ha sido fácil volver al refugio de lo conocido y el WOW sigue en la mayoría de sus discursos, acciones y peticiones.
Al fin y al cabo, es vecino del Customer Value (CV), del Customer Centric (CC) y del Customer Experience (CV).
¿Qué importancia le dan los clientes en su relación con las marcas?
No es que ellos demanden una relación llena de sorpresas con las marcas; ni siquiera a cambio de su fidelidad. Que te sorprendan es de valorar, pero prefieren asegurar que los productos funcionen, que se tengan en cuenta sus opiniones y les den un servicio resolutivo y de calidad.
Si tienen que elegir, prefieren la continuidad a la intensidad.
Prefieren marcas que les acompañen, les entiendan y les respeten, marcas que vean al ser humano antes que al comprador. “Lo WOW” es entretenido, fresco y divertido, por lo que es bienvenido mientras no distraiga de lo importante.
Somos las responsables en muchos de estos casos de diseñar y lanzar estas experiencias, por encargo de las marcas y para disfrute de sus clientes.
Recibimos el mandato de sustituir el verbo vender por conectar y de convertir a los clientes en fans de la marca. Quizás no tanto en el mundo B2B, pero en Retail y especialmente en Eventos, no hay briefing que se precie que no incluya el efecto WOW como prioridad.
Curiosamente, se pretende conseguir diferenciación y distinción, pero solo nosotros, las agencias que damos vida y realidad a este término, sabemos que es un objetivo compartido.
De alguna manera se sobreentiende en el encargo, que cualquier acción, actividad o campaña, si no es WOW es mediocre. De esta manera nos hemos convertido en los creadores de acciones de impacto, a veces desmedidas y en algunos casos, forzadas a empastar.
La duda es hasta cuándo vamos a ser capaces de crear estas acciones extraordinarias que se salgan de lo normal. Y no solo es cuestión de creatividad. También somos activadores de los sentimientos, expertos en la gestión emocional. Hay que abrirse camino en el comportamiento humano para llegar a la alegría, el entusiasmo, el deseo o incluso el miedo o el temor.
No hay puntos medios y requiere de intensidad y continuidad. Crear para los clientes el mundo de Alicia en el País de las Maravillas o convertirles en Calleja en Desafío Total.
Sentimiento Winchannel.
En Winchannel somos unos apasionados de la disrupción y la creatividad, pero vamos más allá. Seguiremos fabricando los chispazos que convierten lo bueno en inolvidable, pero defendemos el Marketing con Sentido, con coherencia y continuidad.
El WOW no debería ser un efecto, ni un momento, sino una marca de identidad.